Proyectos, Alma y Tecnología
Llevamos ya unas cuantas entregas de esta humilde newsletter, y hemos hablado largo y tendido de proyectos y de alma. Pero de tecnología, la pobre, apenas un suspiro. Pues hoy le toca su momento de gloria 😎.
En el email de bienvenida ya te decía que mi experiencia está empapada de proyectos tecnológicos. Y es que hace 25 años —cuando los dinosaurios todavía dominaban los servidores— muy poca gente entendía qué demonios era eso de “la tecnología”, y mucho menos cómo podía ayudar a mejorar procesos, ganar eficiencia, medir mejor o tomar decisiones más listas que el hambre.
Pero todo cambió. Y no fue por una revelación divina, sino porque un día apareció un cacharro en nuestras manos (sí, el smartphone) que, junto con su colega inseparable Internet, lo petó. De repente, todo el mundo se empezó a relacionar con la tecnología… a veces con amor, a veces con odio, pero con una cercanía inédita.
¿Sigue existiendo brecha digital? Claro. Pero nada que ver con los 2000. Hasta nuestros mayores la usan —con sus más y sus menos— y ya forma parte del paisaje cotidiano.
Pero vamos al lío:
¿Qué papel juega la tecnología en un proyecto?
Aquí viene mi experiencia de veterano: me he encontrado de todo. Pero lo más común es ver cómo muchas veces la tecnología se convierte en el fin, cuando en realidad debería ser el medio.
Me explico: cuando se plantea un proyecto, siempre hay un objetivo detrás. Por ejemplo:
ACME S.A. quiere profesionalizar su equipo comercial e incrementar las ventas un 200% en tres años.
¿Solución? Implementar un sistema CRM.
Perfecto, ¿no? Bueno, no tanto. Porque un CRM no es una poción mágica. Es una herramienta (web, bonita, con dashboards y tal) que te ayuda a gestionar cómo captas, atiendes y mantienes a tus clientes. Pero hay muchos tipos de CRM y cada empresa es un mundo. Elegir uno bien requiere mirar hacia dentro antes de mirar catálogos.
Pero lo que suele pasar es otra cosa:
"Oye, ¿qué usa la competencia?"
"Lo que diga Gartner, que esos saben."
Y ale, a comprar sin mirar atrás.
¿Que quién es Gartner?
¡Ay, qué ilusión me hace que me lo preguntes!
Gartner es como el horóscopo de los tecnólogos serios. Una empresa que se dedica, entre otras cosas, a decir quién es el guapo del baile en cada categoría tecnológica. Y lo hacen con sus famosos Cuadrantes Mágicos. Que sí, que suena a Hogwarts 🧙♂️, pero no hay varitas.
En esos cuadrantes meten a los proveedores en cuatro cajoncitos:
🔝Líderes (los cracks, los que lo están petando y tienen buena pinta para el futuro)
⚔️Retadores (los que van fuerte hoy, pero a saber mañana)
👁️Visionarios (ven el futuro, pero aún no saben caminar en línea recta)
🧩Jugadores de nicho (esos que hacen una sola cosa, pero la hacen muy bien)
Y claro, la gente va directa al cuadrante de los líderes, y se lleva el producto top sin preguntar si eso le encaja. En CRM, por ejemplo, eso sería Salesforce. Un sistema brutal, sin duda… pero que puede ser como comprarte un Ferrari para llevar a los críos al cole. A veces necesitas algo más sencillo y más a tu medida.
Ah, y pequeño detalle: para salir en el cuadrante hay que pagar. Sí, Gartner cobra a los proveedores. Vamos, que son juez y parte. Ojo, que no digo que mientan. Pero sí que hay que leer sus informes con el ojo medio entornado, como quien mira el ticket de la cena cuando sabe que le han colado una botella de agua a 6 euros.
Y ahora, por si faltaba poco, estamos en plena ola de Inteligencia Artificial. Un tsunami que va a transformar también cómo nos informamos y tomamos decisiones sobre tecnología. No me extrañaría que en Gartner estén temblando, reimaginando su negocio, porque en cuanto alguien saque un buen conjunto de prompts, te montas tu análisis estilo “cuadrante mágico” en dos minutos.
¿La moraleja de todo esto?
La tecnología que hoy es lo más, dentro de diez años estará criando telarañas. Por eso, no te enamores del cacharro: enamórate del problema que quieres resolver. Elige bien qué quieres conseguir y luego busca la herramienta que te lo ponga más fácil.
Recuerda: la tecnología no es el héroe. Tú lo eres.
La tecnología solo es el traje.
Y ya sabemos que no todo el mundo necesita una capa.
👉¿Cuál ha sido tu mayor desafío al integrar tecnología en tus proyectos? Cuéntame…
📅Efeméride de la semana
Un 29 de mayo de 1453, los otomanos conquistaron Constantinopla, finiquitando de un plumazo el Imperio Bizantino.
Este evento no solo cerró la Edad Media, sino que sacudió a toda la cristiandad. Para que te hagas una idea, fue como el 11-S de 2001, pero con espadas, cañones y sin redes sociales.
Y, sinceramente, ni el mejor Disaster Recovery Plan habría salvado ese desastre histórico 🤪