No sé la de veces que habré escuchado esta frase, con origen siempre en el mismo colectivo: el de los ingenieros.
Que consten dos cosas por adelantado: la primera, no soy ni Ingeniero ni ADE, y la segunda, llevo trabajando con unos y otros los últimos 25 años.
Una vez clara la situación, sigo con la historia que quería contar.
Me ha fascinado siempre la equivalencia directa que se ha hecho entre la valía, la inteligencia, todo lo bueno, y el “ser ingeniero”. Y hay que reconocer que tiene una base sólida, unos fundamentos razonables, pues para lograr la condición de ingeniero hay que pasar por un proceso que requiere –a nivel académico– un esfuerzo importante.
Pero también es cierto que, a lo largo de mi vida profesional, me he encontrado con bastantes ejemplares ingenieriles que encarnaban la antítesis del buen profesional y de la inteligencia… 🙄🙄🙄
Por otro lado, he tenido la suerte de colaborar con decenas de personas con formación en ADE que no solo podemos catalogar de buenos profesionales, sino además personas brillantes en su desarrollo laboral.
Por no mencionar a la cantidad de profesionales sin titulación universitaria que destacan sobremanera en su desempeño laboral en multitud de posiciones y contextos.
¿A dónde quiero ir con todo esto? Para mí está muy claro: catalogar el nivel profesional de una persona por su origen académico es una auténtica aberración. La clave siempre está en la actitud, y ella es la que hace que las personas avancen en su camino, más allá de lo que diga el cuadrito del Rey de turno, o incluso si no existe dicho cuadrito.
Y aquí es donde me gusta sacar a pasear a mi colega Howard Gardner, el de la teoría de las inteligencias múltiples. Porque, mira tú por dónde, este señor vino a decirnos que no existe una única forma de ser listo. ¡Boom! Que hay vida más allá del álgebra y la física cuántica, señoras y señores.
🧠 Las 8 inteligencias según Howard Gardner:
➕ Lógico-matemática
Capacidad para el razonamiento lógico, los números y los problemas. Ideal para ingenieros, programadores… y los que disfrutan con los sudokus de nivel “demonio”.
📝 Lingüística
Habilidad para usar el lenguaje de forma efectiva. Escritores, periodistas, abogados... y ese amigo que siempre gana al "Apalabrados".
🎨 Espacial
Talento para visualizar con precisión el mundo y crear imágenes mentales. Arquitectos, diseñadores, pilotos... y gente que nunca se pierde aunque Google Maps diga lo contrario.
🎵 Musical
Sensibilidad para los sonidos, ritmos y tonos. Músicos, compositores, y esa gente que te saca una melodía con dos vasos y una pajita.
💃 Corporal-cinestésica
Control del cuerpo y expresión a través del movimiento. Deportistas, actores, bailarines... y quien no derrama ni una gota de café en el metro lleno.
🧑🤝🧑 Interpersonal
Capacidad para entender a los demás. Líderes, docentes, coaches… y el típico que te lee la cara antes de que abras la boca.
🧘 Intrapersonal
Habilidad para entenderse a uno mismo. Filósofos, psicólogos, escritores introspectivos… y ese que escribe su diario personal con una taza de té y cara de Buda.
🌿 Naturalista
Conexión con la naturaleza, identificación de flora, fauna y patrones del mundo natural. Biólogos, agricultores, exploradores… y el que te dice si esa planta en tu casa está muriendo o simplemente “cambiando de energía”.
O lo que es lo mismo: hay gente que razona como una calculadora humana, otros que escriben con la gracia de un guionista de La que se avecina, otros que te montan un equipo como si fueran Tony Stark, y otros que entienden sus propias emociones mejor que Freud con dos cafés.
Entonces, ¿por qué seguimos valorando a las personas como si solo importase una de estas inteligencias? ¿Qué pasa, que si no sabes resolver una integral triple ya no vales para liderar un proyecto, gestionar un equipo o sacar adelante un negocio?
Si Gardner hubiera sido ingeniero, igual su teoría se llamaba “la única inteligencia que importa es la mía”, pero por suerte era psicólogo, y de los buenos. Así que nos dejó esta joya para que entendamos que ser brillante no depende del título que tengas colgado en la pared, sino de cómo pones en juego tus talentos. Y eso, amigo mío, va mucho más allá de lo que pone en la matrícula de tu carrera.
Así que, si tú también eres de los que se ha sentido “menos” por no tener un título con nombres rimbombantes o por no entender por qué alguien disfrutaría haciendo derivadas un sábado por la mañana… te digo una cosa: bienvenido al club de los que brillan con su propia luz.
Reivindica tu inteligencia, la que sea. La que te permite conectar con las personas, sacar adelante marrones imposibles, imaginar soluciones creativas, mantener la calma en mitad del caos o incluso hacer reír al de Recursos Humanos (que eso sí que tiene mérito).
Porque no hay una sola manera de ser listo, ni una sola manera de aportar valor. Y si alguien te dice lo contrario, dile que se lea a Gardner… o que se pase por una empresa real un lunes por la mañana, que también sirve.
Ahora cuéntame tú:
¿Qué tipo de inteligencia crees que ha marcado tu camino profesional? ¿Y cuál te gustaría potenciar?
📅Efeméride de la semana
El 25 de abril de 1792 se utiliza por primera vez la guillotina en París. Nicolas-Jacques Pelletier, condenado por robo a mano armada, se convirtió en el primer ejecutado.
Fue el primer ejemplo histórico de una herramienta que realmente te ayudaba a 'cortar de raíz' los problemas del proyecto y garantizaba que ningún miembro del equipo perdiera la cabeza por los retrasos... aunque algunos la perdieran por otros motivos… 🤪